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              perito y además…


























                     Juan Pablo Cortés López
                perito tasador diplomado en seguros en 1974
                –año en el que se asoció a APCAS–, ejerce la Pe-
                ricia en los ramos de VA, IRD y Embarcaciones
                Deportivas. Nacido en Madrid hace 59 años,
                desarrolla su actividad profesional en Asturias
                desde 1976, comunidad autónoma en la que
                desempeña la Presidencia, por cuarta legislatu-
                ra, de la Sección Autonómica de la Asociación.




              Piloto de rallyes de vehículos clásicos


                 “Mi afición por el automovilismo me viene desde niño. Siempre me gustaron los coches y las distintas modalidades de carre-
              ras de automóviles. Por ello, en 1995, después de buscarlo durante bastante tiempo, tuve la oportunidad de adquirir un Triumph
              Spitfire 1500 -un deportivo inglés descapotable de pequeño tamaño-, el cual aún conservo. Con él me inicié en los rallyes de re-
              gularidad de vehículos clásicos. Después tuve un FU 1800 (Seat 1430-1800 con motor de 118 CV), un Ford Fiesta 1300 S (de los
              primeros que salieron) y, posteriormente, adquirí un Porsche 911 Carrera 2, que dentro de poco pasará a ser considerado vehícu-
              lo clásico.
                 Un rally de vehículos clásicos no es una prueba de velocidad, sino de regularidad, por lo que no se premia al que va más rá-
              pido y sí al que recorre unos puntos determinados, que se desconoce exactamente cuáles son, en un tiempo exacto. Es decir, se
              penaliza tanto por exceso como por defecto, por lo que hay que pasar por los puntos de control en el segundo del tiempo esta-
              blecido y no antes o después. Además, hasta poco antes de empezar la prueba no se entrega el rutómetro, en el que marca por dón-
              de se debe ir y qué velocidad media se debe mantener en cada tramo -la velocidad media siempre será inferior a 50 kilómetros
              hora-. En este sentido, hay tramos de rally y tramos de enlace, que son los que se emplean para llegar de un tramo cronometra-
              do a otro. Por lo tanto, lo primordial es no perderse, pues entonces las referencias facilitadas carecen de sentido y no sirven de
              nada (por ejemplo, en el punto kilométrico 10,400 girar por la carretera que hay a la derecha)
                 En este tipo de pruebas la misión del copiloto es fundamental, ya que es quien te dice por dónde se debe ir, a qué velocidad y
              si se tiene que ir más rápido o más lento. En resumen, se trata de pruebas de habilidad y no de velocidad, aunque sí es cierto que
              en los enlaces si vas retrasado a veces hay que apretar un poco. Por lo general, estas pruebas se realizan en carreteras secunda-
              rias, normalmente estrechas y muy viradas, y con tramos abiertos al tráfico, con lo que te puedes encontrar desde rebaños a trac-
              tores, pasando por procesiones o pasos a nivel con las barreras bajadas…
                Hasta hace relativamente poco se utilizaban masivamente aparatos de medida, como Terratrip Pirámides Blunik inalámbricos,
              entre otros dispositivos, pero en la actualidad la tendencia es cronometrar en los hitos kilométricos y prescindir de aparatos de
              medida, con lo que sólo se emplean cronómetros y tablas de tiempos con las distintas velocidades de los tramos, lo que es más
              sencillo y acorde con los vehículos utilizados.
                A pesar de la creencia generalizada, no es cierto que sea una afición cara. El precio de una inscripción media de una prueba
              de un día de duración, con comida y cena para piloto y copiloto, suele rondar los 150 euros. En cuanto al automóvil, una vez ad-
              quirido y puesto a punto no es caro: el seguro es barato, en torno a 100 euros, no paga impuesto de circulación y las piezas, en
              el caso de vehículos ingleses, son muy baratas. Tengo libros con el despiece completo del coche y los recambios se piden a Inglaterra
              y en un par de días se han recibido, siendo más baratos que las de los vehículos nacionales. Por otra parte, estos coches, en con-
              tra de lo normal, no suelen depreciarse sino que, al contrario, con el paso del tiempo se revalorizan.
                Para mí es una buena manera de pasar el tiempo, olvidarme de los problemas cotidianos y conversar de nuestros cacharros con
              amigos que comparten las mismas aficiones”.

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