Page 17 - RC febrero 2020

encuentro con
INTELIGENCIA
EMOCIONAL
FERNANDO MUÑOZ.- A noso-
tros ya nos está pasando. La
tecnología nos está poniendo
en valor porque se nota más el
factor humano de nuestra pro-
fesión. Anteriormente, el perito
ponía valor al proceso más allá
de la confianza. Ahora, la tecno- que sea capaz de adaptarse a
logía nos está permitiendo ha-
cer esto mismo de forma rápi-
da, a distancia y con una mejor
respuesta. La paradoja es que
actualmente nuestro trabajo
es menos presencial, pero esta-
mos más presentes que nunca
porque estamos aportando en
todo el proceso.
La video peritación va a ser
muy interesante porque la
parte humana va a ser insus- no podías por falta de tiempo.
tituible, de ahí que yo la haya
bautizado con el nombre de
peritación emocional. La tec- dos para lo que está por venir,
nología nos está quitando
mucho trabajo superficial, a
nosotros nos toca la parte de
empatía, de asesoramiento. En
definitiva, de un servicio de
calidad al cliente.
REINERIO SARASÚA.- Coin-
cido contigo. Lo importante
no va a ser la inteligencia arti-
ficial aplicada a nuestro sector,
sino la inteligencia emocional.
Hay que contar con la tecnolo- que ha evolucionado la medici-
gía, pero si no hay inteligencia
emocional todo esto se queda
vacío porque no hay valor. El
que está más rezagado, será el
que se quede por el camino. El
la digitalización, pero siempre
primando el factor humano,
será el que saldrá adelante.
FERNANDO MUÑOZ.- Esto tiene
dos vertientes: la personal, que
es la que te genera inquietud
ante el desafío de las máquinas
y te saca de tu zona de confort;
y otra es la general, que es la
interesante, la que te facilita
innovar y hacer lo que antes
Esto pasa por el reciclaje de los
profesionales y estar prepara-
que no sabemos realmente el
alcance que tendrá. Siempre
habrá oportunidades que po-
dremos aprovechar. Mi padre
era perito y no tiene nada que
ver cuando él peritaba a ahora,
pero esto supongo que pasará
con todas las generaciones.
REINERIO SARASÚA.- Y con
todas las profesiones. Los mé-
dicos, por ejemplo, con todo lo
na. Uno de los mayores lastres
de la Mediación es el éxito que
hemos tenido. Venimos de una
profesión de éxito en la que, tra-
bajabas mucho, pero también
vivías muy bien. En los años 70
y 80 del siglo pasado, un corre-
dor podía tener un negocio con
solo la educación secundaria.
En aquella época, si se conse-
guía una buena cartera de clien-
tes, los ingresos eran superiores
a los que tenía un trabajador
medio. Esto ha cambiado. Aho-
ra se requiere más formación, el
nivel de exigencia ha aumenta-
do, y es más complicado hacer
una buena cartera de clientes.
Lo que antes cambiaba en diez
años, actualmente lo hace en
dos o en meses, como estamos
viendo con la pandemia por co-
ronavirus. Ahora hay que tener
una mentalidad muy abierta
para cambiar y adaptarse a lo
que exija el mercado, el entor-
no, la sociedad… Ya no hay ga-
rantía de nada.