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día a día
Mª TERESA RIVERA, PERITO ESPECIALISTA EN AUTOS Y MIEMBRO DE LA
JUNTA DE GOBIERNO DE APCAS MADRID
“La mujer puede tener
el papel en la Pericia
que ella quiera”
Mª Teresa Rivera es de las pocas mujeres perito de
Automóviles que hay en nuestro país. Una profesión que
lleva con orgullo y a la que se ha entregado en cuerpo y
alma desde hace diecisiete años. Miembro de APCAS desde
2014 y de la Junta de Gobierno de la sección autonómico
de Madrid desde enero, afirma que las limitaciones nos las
ponemos nosotros mismos y que “con dedicación, esfuerzo
y cariño a lo que hacemos, cualquier cosa que queramos
acometer se puede conseguir”.
PERICIA.- ¿Cuándo y cómo accedió a
la profesión?
Mª TERESA RIVERA.- En 1990 me
quedé como gerente de un taller fa-
miliar de mecánica, electricidad, cha-
pa y pintura y asistencia en carretera
y venta, un servicio oficial Peugeot.
En el año 2000, el jefe de peritos, por
aquel entonces de la compañía de
seguros para la que trabajo en la ac-
tualidad, conocía ya mi trabajo y me
preguntó que cómo, sabiendo lo que
sabía del sector, no me hacía perito.
Esto era algo que siempre había sido
mi sueño, así que dicho y hecho. Hice
todos los cursos que me pidieron y
el 7 de enero de 2001empecé como
perito.
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En 2002 me propuso una experien-
cia piloto, llevar la provincia de Ciu-
dad Real como uno de sus peritos y
quitar los cuatro gabinetes periciales
que operaban allí. Esta era para tres
meses ¡y estuve durante cinco años y
medio!
PERICIA.- ¿Por qué cree que el por-
centaje de peritos de Autos mujeres
es tan escaso?
Mª TERESA RIVERA.- No lo sé. Es una
profesión a la que hay que dedicar
muchas horas y además la tienes que
sentir.
PERICIA.- ¿Cómo es su día a día pro-
fesional? ¿A qué se enfrenta por el
hecho de ser mujer?
Mª TERESA RIVERA.- Mi día a día
es trabajo y trabajo duro y cada vez
más, como cualquier persona que
se dedique a esto. Yo no he tenido
ningún problema por ser mujer. Sí
recuerdo al que fuera director de
la sucursal de la provincia donde
trabajé. No le parecía bien enviar a
una mujer, pero el jefe de peritos le
dijo “no te preocupes, yo sé a quién
estoy mandando”. Y en cuanto co-
nocieron mi trabajo, tanto directo-
res como mediadores, compañeros
y talleres me aceptaron sin ningún
problema. A fecha de hoy sigo man-
teniendo muy buena relación con