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editorial
No nos rendimos
Ya está. Vamos a dejarlo todo.
Las cosas están muy mal. Las aseguradoras llevan años con su “esto son lentejas”, los costes son
cada vez mayores, lo honorarios siguen estancados, cuando no bajan, y algunas tienen la tentación de
ver en la tecnología a nuestro sustituto. Es el momento de arrojar la toalla, aunque, en honor a la verdad,
deberíamos haberla arrojado hace 5, 10 o 15 años porque el futuro de la Pericia Aseguradora, si hacemos
caso a los catastrofistas, siempre ha sido negro.
¿De verdad?
En APCAS no ocultamos que la situación no es fácil, pero huimos del catastrofismo, del derrotismo
y de los cantos de sirena sobre la hipotética desaparición de la profesión. No es, en absoluto, un acto
de fe. Como hemos podido comprobar en el reciente 11º Congreso de Peritos de Seguros y Comisarios
de Averías, celebrado en Sevilla – del que
hablamos en esta edición de Pericia – la
Pericia Aseguradora no va a desaparecer. “En APCAS no ocultamos que
Eso sí, tendrá que evolucionar y adaptarse la situación no es fácil, pero
como otros muchos sectores, como otras
profesiones, porque no somos una excep- huimos del catastrofismo, del
ción. derrotismo y de los cantos
Que no va a desaparecer no lo decimos de sirena sobre la hipotética
nosotros, así lo aseveran los responsables desaparición de la profesión”
de las aseguradoras a los que hemos re-
querido su opinión, y con ellos coinciden
talleres y reparadores. Y así también lo con-
firman expertos como José Antonio Sánchez, el director general de ICEA, que en estas mismas páginas
afirma con rotundidad que los únicos Peritos de Seguros y Comisarios de Averías que deben temer por
su futuro son “los malos profesionales”.
Así que nuestro empeño es impulsar la profesionalidad, ofrecer una formación de calidad, tanto a
quien pretende acceder a la profesión como a los ya profesionales de la Pericia Aseguradora; ofrecer
igualmente una tecnología que sea una verdadera palanca de impulso para el negocio, y una certifica-
ción de profesionalidad que les acredite ante el mercado como “buenos profesionales”.
Y nuestro empeño también es seguir defendiendo a ultranza a la profesión ante las instituciones,
como lleva haciendo APCAS desde su fundación.
Por tanto tenemos un mensaje para los catastrofistas, para los del “todo mal”, para los que son tanto
de construir: APCAS también es vuestra casa pero no olvidéis que aquí siempre apostaremos por la
esperanza.
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